Alemania, uno de los países más potentes de Europa y el que más historia desprende para bien o para mal. El país de Einstein, Beethoven, Bach o Shumacher tiene lugares maravillosos para disfrutar de las vacaciones y conocer otra cultura.
Aparte de ciudades como Munich, Berlín, Colonia o Hamburgo, Alemania esconde rincones para perderte y enamorarte del paisaje, gastronomía y, cómo no, de la buena cerveza.
Füssen
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Esta ciudad formaba parte de la Vía Augusta que unía Roma con Augsburgo (la ciudad más antigua de Alemania). Actualmente es una zona conocida por los Castillos de Neuschwanstein y Hohenschwangau, más conocidos como los Castillos del Rey Loco, que fueron mandados construir por Luis II.
La ciudad se encuentra apenas a 120 kilómetros de Munich, por lo que el trayecto de una ciudad a otra tanto en autobús como en coche es sencillo y rápido y no tendrás que cargar en demasía con tu maleta.
Dachau
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La historia reciente de Alemania habla no muy bien del país bávaro. Las dos guerras mundiales y, sobre todo, el genocidio al que sometieron a los judíos ha dejado serias secuelas y recuerdos a modo de campos de concentración y museos. En Dachau se encuentra uno de los mejor conservados y el primero que construyeron los nazis.
Este tipo de turismo está muy bien enfocado en Alemania, donde las agencias de viaje ofertan paquetes de visita para que los extranjeros conozcan su historia y sepan más sobre su cultura y pasado.
Sasbachwalden
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Considerado como uno de los pueblos más bonitos de la Selva Negra alemana, está situado a una hora de Estrasburgo (Francia) y a otra de Stuttgart. Esta zona del país de la cerveza es una superficie de alrededor de 6.000km2 de bosque que carece de grandes ciudades, principal reclamo turístico en pleno siglo XXI.
Este pequeño pueblo parece sacado de un cuento, verdes parajes, casas pintorescas y grandes viñedos que reflejan a la perfección la cultura de la zona. Una cultura casi mezclada con Francia, ya que ambos países están a escasos kilómetros. Por cierto, la tarta “Selva Negra” es la especialidad de la región. Un manjar realmente sabroso y único que hace que este pueblo no sea únicamente conocido por su paisaje, sino también por su gastronomía. Además, podrás traerte una caja en tu maleta.
Dresde
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No se trata de una ciudad muy grande, lo que facilita que un día o dos se puedan recorrer los lugares más emblemáticos. La ciudad se divide en dos por el rio, como ocurre en París, aunque en este caso es el Elba el culpable. La Altstadt es la zona antigua, donde podrás encontrar edificios con historia; el Neustadt, la zona nueva, es menos turística pero no menos atractiva.
No puedes pasar de largo de la Ópera, la Iglesia de Frauenkirche o el Mosaico del Desfile de los Príncipes. Para que os hagáis una idea de la belleza de esta impresionante ciudad, hay gente que la ha apodado como la “Florencia del Elba”.
Heidelberg
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Conocida mundialmente por ser la ciudad en la que se encontraron los primeros restos de vida humana en Europa, alberga rincones para perderse de los más bellos del país. Su maravilloso palacio, sus increíbles puentes y el Museo Alemán de Farmacia, que alberga las ruinas más famosas de Alemania, son los principales lugares de referencia de la ciudad.
Las visitas al país bávaro desde España suelen hacerse en avión, ya que la multitud de vuelos entre un país y otro es enorme. Por ello, las maletas de cabina serán efectivas y conseguirán que no pagues un precio extra por facturar. ¿Has visto ya cuál es la que más se adapta a tu estilo?